26 de octubre de 2011

Sabes qué quieres, y cómo lo quieres.
Sabes lo que tienes.
Quieres lo que tienes, y así, tienes lo que quieres.
¿Eres lo que tienes? Hasta qué punto puedes valorarlo.
¿Sabes hacerlo? Valorar detalles. Coleccionarlos.
Soy lo que tengo, porque de los detalles me compongo.
Soy lo que soy, por querer lo que tengo, y así, tener lo que quiero.
-¿A cuánto vendes lo que no tiene etiqueta de precio?
-No señor, no está en venta, forma parte de la galería privada de mi caja de momentos.
No materialicemos...

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