30 de diciembre de 2009

Tiempo.



Hace tiempo me di cuenta de que el tiempo está para vivirlo, aprovecharlo, y no dejar que se pierda ni se quede por el camino ni un segundo.
Cuando uno mismo se da cuenta de esto es cuando realmente empieza a vivir, a disfrutar de las pequeñas cosas, que al final son aquellas que te marcan, y aquellas que terminan por ser las más grandes. Una vez empiezas a saborear los pequeños detalles de la vida, empiezas a comprender que el tiempo, ése del que tanto se habla, pasa y no para de correr; nada puede frenarlo, ni cambiar su ritmo ni rumbo...
Ante esta situación, algunos se paran a pensar, se tumban y miran hacia el techo para reflexionar...Pensar. Pensamientos que se van repitiendo y que poco a poco dejan ver luz a una conclusión...
Otros, sin embargo, tratan este tema con completa indiferencia.
Yo, no estoy dispuesta a quedarme quieta mientras algo tan grande, importante, calculador, y decisivo sigue su curso... Yo prefiero vivir para contarlo. Guardarme tiempo pasado en mi pequeño baúl de recuerdos, y cargarlo de muchos momentos. Momentos, que tal y como alguien me dijo en su día, vivirán y cogerán importancia siempre que haya una memoria que los guarde, porque cada cosa, grande o pequeña, tiene el valor y la importancia que cada uno quiere darle. Intensidad. importancia, valor... Pero nunca lejos de la ilusión. porque en este mundo todo tiene relación, y hablando del tiempo terminamos cargándonos de sentimientos, de momentos, de tiempo para momentos repletos de sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario